lunes, 9 de diciembre de 2013

Formación de una nueva familia, maternidad y paternidad y éxito profesional.

Comienza hacia el final de la adolescencia y llega hasta los 35 años. En este momento se alcanza el apogeo biológico, se asumen los roles sociales más importantes y se empiezan a establecer relaciones sociales más serias en el ámbito laboral y en el personal. Es la etapa en la que predomina el proceso de individuación. Es decir, se logra la independencia y autonomía en varios planos. Un adulto es alguien capaz de verse a sí mismo como un individuo auto-suficiente que forma parte de la sociedad. 
La primera etapa representa el puente de desarrollo entre el mundo adolescente y el adulto. Un tema clave es la separación de la familia de origen, que conlleva la mudanza del hogar paterno, incrementar la independencia económica y emprender nuevos roles más responsables. Simultáneamente surge la necesidad de disminuir la dependencia emocional de los padres y aumenta progresivamente el compromiso con el sexo opuesto. Para poder formar una pareja es necesario que surja la necesidad de complemento, así como también debe existir cierta capacidad para proyectarse en el otro sin fusionarse y perder la individualidad. 
Para la mayoría de los jóvenes adultos, el hecho de elegir una pareja y crear una familia es otro de sus objetivos. Es frecuente que decidan casarse y tener hijos. La pareja debe establecer su territorio con independencia de la influencia de las familias de origen. La paternidad y maternidad es uno de los desafíos más importantes de esta etapa. Al adquirir el nuevo rol de padres disminuye su rol de hijos y se consolidan como adultos. 



La etapa del cuidado de los hijos pequeños puede generar conflictos en las madres que deciden relegar su profesión para dedicarse a su crianza. El anhelo de una mayor participación en el mundo adulto puede hacerlas sentir insatisfechas y frustradas. Por eso cuando comienzan la etapa escolar pueden reformar sus actividades que habían hecho a un lado.



Hacia los 30 años surge la necesidad de tomar la vida más seriamente. Las personas comienzan a afianzarse en el campo laboral y están en pleno desarrollo profesional. Los proyectos esbozados al comenzar la carrera empiezan a concretarse. Es una época de crecimiento personal y profesional. El trabajo permite desarrollar habilidades, cumplir con responsabilidades individuales y sociales, pero al mismo tiempo contribuye a situar a las persona en relación con los demás, definiéndolo socialmente. El trabajo para el adulto es lo que el juego para el niño, lo inspira y lo proyecta al futuro. 



La mayoría de las personas entran en crisis al llegar a los treinta. Surgen dudas, existen mayores presiones y más responsabilidades. Es bastante frecuente que se manifiesten en formas de replanteos, de conflictos matrimoniales, cambios de trabajo, depresión o ansiedad. Pero para otros llegar a los treinta significa descubrir aptitudes e intereses que hasta ahora se desconocían o no se habían considerado. Las relaciones con la familia y con los amigos continúan siendo estables y las metas profesionales progresan con rapidez. 
En la adultez temprana predomina el pensamiento operativo, dispuesto a ejecutar decisiones de profundas proyecciones hacia el futuro. Pero hacia los 35 años se va tornando más reflexivo, y empiezan a aparecer los primeros atisbos de lo ya decidido y logrado. Frecuentemente, como producto de esta evaluación se realizan grandes cambios como son los divorcios, los cambios de ocupación, etc. 
Ya hacia el final de la etapa aparece un fuerte sentimiento de compromiso en todos los planos (conyugal, familiar y profesional). Es un momento de asentamiento y consolidación. Se lucha por progresar en lo que se ha comenzado en etapas anteriores. Se intenta construir una vida mejor, utilizar las propias habilidades, perfeccionarse en el área laboral y contribuir a la sociedad. Se desea reconocimiento, pero al mismo tiempo libertad. Es la época en que se guía a generaciones futuras, sobre todo a través del rol activo de la paternidad y maternidad. 










Características del desarrollo

Desarrollo sensorial y motor
En el adulto joven las capacidades físicas alcanzan el máximo de efectividad, existe destreza manual y una mayor agudeza visual. Los hombres y mujeres alcanzan su mayor plenitud, han logrado el más elevado punto de coordinación, equilibrio, agilidad, fuerza y resistencia.
Entre los 25 y los 30 años el hombre tiene máxima fuerza muscular, siempre y cuando la desarrolle.



Desarrollo cognitivo
Es importante saber que la vida para los adultos jóvenes, pierde su carácter provisional, lo cual significa que sabe que lo que hace hoy tendrá consecuencias mañana y que debe proyectarse a lo largo de la vida y no a 2 o 3 años.
El desarrollo del pensamiento alcanza un paso más, el adulto pasa del pensamiento formal según Piaget, al pensamiento post formal que tiene la particularidad de que la persona es más flexible frente a las diversas situaciones a las que enfrenta.



Desarrollo psicosocial
Según E. Erickson el adulto joven enfrenta la intimidad versus el aislamiento en donde la gran tarea es: ser capaz de comprometerse con otro.

Según Schwartz las personas solteras pueden tener 6 estilos de vida:

  • La profesional: que tienen planificada toda su vida y se dedican al trabajo y al estudio.
  • La social: que se dedican a las relaciones. interpersonales, individualista que se concentran en si mismo.
  • La activista: los cuales se dedican a la política
  • Él pasivo: que tienen una visión negativa de la vida.
  • Los asistenciales: a los cuales les gusta servir a otros. 



Desarrollo afectivo
El adulto joven comienza a superar el egocentrismo de la etapa anterior y logra colocarse en el lugar del otro, compartir experiencias y comportarse de una manera altruista, que le permite establecer una relación de pareja responsable y asumir una posible paternidad.
Al encontrar su identidad permite la fusión con otro, ya sea laboral o afectivamente, este ya posee la capacidad de adaptarse y de afiliarse.



Desarrollo laboral
En el ámbito laboral, el adulto joven se enfrenta con la tarea de establecer una identidad laboral adulta. La transición desde el aprendizaje y el juego al campo laboral puede ser gradual o abrupta, pero en algún momento del segundo decenio de la vida, el trabajo se convierte en una actividad central para la estabilidad y progresión intrapsíquica. Sentirse productivo y competente es parte importante del auto-concepto y de la identidad psicosocial.

Compromisos y roles que debes enfrentar

Algunos de los compromisos y responsabilidades mas comunes del adulto joven son:
-Elección de pareja a largo plazo.
-Formación de familia propia; paternidad/maternidad.
-Formación de desempeño laboral, productividad.
-Para plan de vida definitivo futuro.

Nuevos roles:
-Paternidad/maternidad, padre, madre.
-Pareja, pololo(a), novios, esposos.
-Trabajador y/o estudiante.

CUIDA TU SALUD

Ten cuidado! Estas son las causas con mayores porcentajes de mortalidad en esta etapa:

-TEC.
-Asfixias.
-Traumatismos múltiples.
-VIH.
-Cirrosis.

Y las que siguen en la adultez intermedia son:

-Cirrosis hepática.
-Enfermedades coronarias.
-AVE
-Cáncer al estomago.
-TEC.


Para mantener una buena salud precúpate de:
-La alimentación.
-Estrés.
-Abuso de alcohol y drogas.
-Tabaquismo.
-Actividad física.
-Accidentes.
-ETS Y VIH.



Si tienes entre 18 y 39 años ERES UN ADULTO JOVEN!!

Esta etapa se caracteriza principal porque empiezas a asumir diversos roles dentro de la sociedad y tu familia, comienzas a hacerte responsable de tu vida y de las de quienes te acompañan. Consolidas tu identidad y la realización de proyectos de vida.
Es aquí donde empiezas a tomar muchas responsabilidades y asumir las tareas propias de la edad tienen que están relacionadas con el mundo social (pareja, trabajo, hijos, etc.)

Cuando las personas se refieren a la salud, generalmente piensan sólo en los aspectos físicos, raramente en los aspectos psicológicos y conductuales asociados también a la misma. 
Hoy también debemos considerar sus aspectos sociales, culturales y económicos.